Cuidemos lo público: el taxi frente a la trampa de los VTC en Murcia

El gobierno regional impulsa una norma que favorece a las multinacionales del transporte y debilita un servicio público clave para la ciudadanía

Cuidemos lo público: el taxi frente a la trampa de los VTC

En Murcia manda UNAUTO: el PP entrega la movilidad a los VTC

MURCIA. 13 Sep. (Noticias del Taxi) – El Partido Popular de la Región de Murcia vuelve a disfrazar de “diálogo” lo que en realidad es una rendición ante los intereses de los VTC y de las plataformas que operan en la sombra. Que en plena reforma legal se invite al presidente de UNAUTO VTC, el lobby más agresivo contra el taxi, es toda una declaración política: se está legislando al dictado de quienes llevan años practicando competencia desleal.

El taxi no es un negocio privado, es un servicio público

Conviene recordarlo: el taxi es un servicio público regulado, sujeto a licencias, horarios, tarifas y controles de seguridad. Los VTC, en cambio, han hecho de la alegalidad un modelo de negocio, captando clientes de forma ilegal en la calle, operando con algoritmos opacos de precios y esquivando los mismos controles que se exigen al taxi.
Hablar de “competir en igualdad” es un insulto a la inteligencia: ¿cómo puede haber igualdad si unos cumplen la ley y otros la bordean cada día?

El discurso tramposo del PP

El diputado Antonio Landáburu repite el guion: culpar al Decreto Ábalos de todos los males, hablar de “consenso” y situar al consumidor como centro de la regulación. Pero lo que esconden estas frases huecas es una realidad clara: la derecha y la ultraderecha han convertido a los VTC en su bandera contra lo público, porque ven en el taxi una resistencia incómoda a la privatización absoluta de la movilidad.

No se trata de proteger al consumidor: se trata de abrir más espacio al negocio de las multinacionales que controlan las plataformas VTC.

La convivencia que nunca existió

El PP habla de “convivencia entre taxi y VTC” como si se tratara de dos sectores equivalentes. Falso. El taxi cumple una función social, especialmente en barrios, pueblos y horarios donde los VTC ni aparecen. El taxi garantiza accesibilidad universal, servicio regulado y transparencia en los precios. Los VTC, en cambio, seleccionan clientes, suben tarifas en momentos de necesidad y abandonan zonas no rentables.
Hablar de equilibrio es una burla: la convivencia se rompe cada vez que un VTC capta pasaje en la calle de manera ilegal.

Una cuestión de modelo social

Este no es un debate técnico, es un debate ideológico. ¿Queremos movilidad como derecho o como negocio? ¿Queremos un modelo donde prime el interés público o donde decidan los fondos buitre y las multinacionales?

El PP y Vox lo tienen claro: apuestan por debilitar lo público y fortalecer al lobby de los VTC, aunque eso signifique precarizar el transporte, hundir al taxi y poner en riesgo la igualdad de acceso a la movilidad.

Defender al taxi es defender a la ciudadanía

No se trata de nostalgia ni de romanticismo. Defender al taxi es defender un servicio público de calidad, cercano, regulado y justo. Los VTC no son el futuro: son la puerta trasera por donde entra la desregulación, la precariedad laboral y la privatización de un derecho ciudadano.

Si de verdad el PP quisiera “poner al consumidor en el centro”, lo primero sería proteger al taxi frente a la competencia desleal y reforzar sus garantías como servicio público esencial.