Reclaman una parada de taxi digna en el hospital de La Candelaria
SANTA CRUZ DE TENERIFE. 13 Abr. (Noticias del Taxi) – El colectivo de taxistas de Santa Cruz, representado por Elite Taxi y su portavoz Miguel Ojeda, ha vuelto a alzar la voz para denunciar la falta de una parada adecuada en el Hospital de La Candelaria. Según expresan, esta carencia pone en riesgo la seguridad vial y afecta directamente al servicio que prestan.
«¿Tiene que haber una víctima mortal para que se escuche nuestra petición?», se preguntan con indignación.
Un accidente con graves consecuencias económicas
El pasado 3 de abril, se produjo un accidente grave en la zona, un hecho que, según Ojeda, ha dejado a un compañero con importantes pérdidas económicas que comprometen todo su año laboral.
«Este tipo de situaciones se podrían evitar con una infraestructura mínima, segura y funcional», insisten desde Elite Taxi Tenerife.
Llamado constante ignorado por las administraciones
El gremio asegura que llevan años solicitando soluciones y que en los últimos seis meses han intensificado su presión sobre el Ayuntamiento de Santa Cruz. Sin embargo, solo han recibido evasivas y promesas incumplidas.
«Mientras los profesionales se arriesgan cada día, las administraciones se lanzan la pelota unas a otras», denuncian.
La situación también implica un aumento en los seguros tras los siniestros, lo que agrava aún más el impacto económico sobre los conductores. Elite Taxi responsabiliza directamente tanto al Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria como al Gobierno de Canarias, acusándolos de ser los principales causantes de un sistema ineficaz y desorganizado.
Inacción política y posible movilización
Pese a la participación en varias reuniones por parte del alcalde de Santa Cruz y la concejala de Movilidad, Evelyn Alonso, los taxistas lamentan que ninguna medida concreta se haya llevado a cabo hasta el momento.
Ahora, el colectivo se plantea acciones más contundentes para llamar la atención:
«¿Debemos hacer una sentada frente al hospital? ¿Dejar de trabajar durante días y suspender el servicio a pacientes recién operados, personas mayores o con movilidad reducida?», cuestionan.
La sensación general entre los conductores es de abandono y frustración.
«Nos sentimos atados de pies y manos, sin respaldo institucional alguno», afirman.