El accidente de un VTC en Vicálvaro destapa el fraude que nadie quiere ver

Estas plataformas han consolidado su modelo de negocio aprovechándose de vacíos legales y del laissez-faire institucional

El accidente de un VTC en Vicálvaro destapa el fraude que nadie quiere ver

Un accidente en Madrid revela otra trampa de un VTC: un problema silenciado

Lo que parecía un siniestro menor en el distrito de Vicálvaro ha destapado una nueva irregularidad vinculada al sector de los vehículos de transporte con conductor (VTC). El incidente ocurrió el pasado 21 de marzo, en la confluencia de la Avenida Blas de Lezo con la calle Mayorazgo de Duarte.

En el suceso se vieron implicados varios automóviles, pero uno en particular despertó la atención de los agentes: un coche VTC que circulaba con matrícula convencional, cuando por ley debería portar la matrícula azul identificativa, exclusiva para este tipo de vehículos.

Irregularidades camufladas bajo apariencia legal

Al inspeccionar el vehículo, los agentes de la Policía Municipal constataron que tenía la rotulación propia de un VTC, mostraba los distintivos visibles y contaba con las hojas de reclamaciones requeridas por normativa. Sin embargo, la ausencia de la matrícula azul reglamentaria evidenció una infracción grave, motivo suficiente para inmovilizar el coche y sancionar tanto al conductor como a la empresa responsable.

Madrid, tierra fértil para los abusos de las VTC

Este caso no representa una excepción, sino un patrón preocupante que se repite en la capital. Las plataformas de VTC como Uber, Cabify o Bolt operan con escasa supervisión en Madrid, donde rara vez se aplican medidas efectivas contra sus prácticas ilegales, lo que pone en desventaja al taxi.

A diferencia de lo que sucede en Barcelona, donde la Guardia Urbana actúa con mayor contundencia y suele inmovilizar un gran número de vehículos por infracciones similares, en Madrid la permisividad institucional alimenta un entorno de impunidad.

Un negocio sostenido por la falta de control

Estas plataformas han consolidado su modelo de negocio aprovechándose de vacíos legales y del laissez-faire institucional. La falta de regulación efectiva permite que muchos de estos vehículos funcionen al margen de las normas, ignorando requisitos como licencias, fraudes en la ITV, descansos obligatorios, seguros específicos o las matrículas obligatorias.

El taxi, atrapado en una competencia sin reglas

Mientras el sector del taxi cumple con normativas estrictas y controles periódicos, los vehículos VTC circulan con libertades al margen de la legalidad, gracias a la pasividad de las administraciones. Esta situación ha transformado el panorama del transporte urbano en una competencia desequilibrada y perjudicial para quienes ejercen su labor dentro del marco legal.