El taxi de Barcelona reclama un plan de ayudas para sobrevivir a la crisis

Las entidades acordaron que entre semana circularan el 60% de las licencias de taxi de la AMB, pero desde este lunes este escenario ha vuelto al punto de partida

El taxi de Barcelona reclama un plan de ayudas para sobrevivir a la crisis

El taxi de Barcelona reclama un plan de ayudas para sobrevivir a la crisis

Sin turistas ni trayectos de empresa y con la ciudad vacía de vecinos por las vacaciones, agosto ha sido un mes complicado para el taxi del Área Metropolitana de Barcelona (AMB).

La caída de los ingresos por el impacto de la pandemia forzó al sector a alcanzar un pacto inédito el mes pasado: sin la intervención de la administración, las principales asociaciones de taxistas acordaron autorregularse para evitar que toda la flota saliera en la calle a la vez y repartir lo posible los escasos pasajeros que los levanten la mano.

De este modo, las entidades acordaron que entre semana circularan el 60% de las licencias de taxi de la AMB, pero desde este lunes este escenario ha vuelto al punto de partida.

«En agosto llegamos a un pacto muy unánime, pero esta vez no», reconoce el portavoz de la asociación Élite Taxi, Tito Álvarez.

Sin embargo, denuncian que esta situación perjudicará su facturación y exigen a la administración que salga adelante una regulación para solucionarlo. «Sacar el taxi en la calle ya te cuesta 40 euros, si sólo haces 50 estás arruinado», reivindica Álvarez, que insiste en que las pérdidas ya llegan hasta el 80% de la facturación.

El sector se reúne mañana con el Instituto Metropolitano del Taxi para exponer sus quejas y avisa de que responderá con movilizaciones si no se activa un plan de rescate. «La gente está pidiendo guerra y habrá. En septiembre pasarán cosas … Hay mucha impotencia, rabia y desesperación», avisa el portavoz de Élite Taxi.

Álvarez asegura que los taxistas han quedado fuera de la mayoría de las ayudas para autónomos porque tributan por el sistema de módulos.

Esto significa que los conductores dan una facturación estimada para calcular los impuestos que tienen que pagar y, por tanto, no pueden justificar el descenso de ingresos.

Además, avisa de que las moratorias que les concedieron los bancos para retrasar el pago de los préstamos para sus licencias empiezan a agotarse. «Tenemos que volver a pagar, pero sin negocio, será un drama», añade.

Sin clientes en agosto

La sequía de pasajeros se repite también en Madrid, donde como en Barcelona los taxistas optaron por reducir las licencias que circulaban cada día. «Llevo unos 60 o 80 euros en casa todos los días, máximo 90 si la jornada es muy buena, y saliendo a trabajar de cinco de la mañana a ocho de la tarde», explica Miguel, conductor de toda la vida en la capital española.

Él compró una licencia de taxi a finales de septiembre de 2019, «después de diez años ahorrando», ya que hasta el momento la alquilaba. Este mes ha recogido todo personas «en los hospitales, porque quien normalmente coge taxis no lo hace, ni aeropuertos, ni oficinas, ni grandes eventos, sólo personas mayores».

La única salida «posible» que ve el conductor es seguir con una regulación como la de este mes de agosto, pero «el Ayuntamiento se ha hecho el sordo», critica. La ecuación entre oferta y demanda es el talón de Aquiles del taxi en Madrid no sólo ahora, sino históricamente. José Miguel Fúnez, de la Federación Profesional del Taxi de Madrid, explica al ARA que en la capital española «se supera la ratio media del Estado, que es de 2,7 taxis por cada 1.000 habitantes».

Además, las 433 paradas sólo permiten espacio para 5.383 plazas, según datos del Ayuntamiento de Madrid. «Con un Ayuntamiento que no se responsabiliza y sin un acceso a las ayudas, la situación podría ser como la de abril», lamenta Fúnez.