Tito Álvarez entrevista a Joan Gaspar

Tito Álvarez entrevista a Joan Gaspar

Tito Álvarez entrevista al empresario Joan Gaspar en la segunda entrega de El Avispero

BARCELONA. 18 Nov. (Noticias del Taxi) – El portavoz de Taxi Project y Élite Taxi entrevista en esta segunda entrega de El Avispero al empresario Joan Gapsar, que actualmente dirige el grupo hotelero HUSA, es presidente del consorcio Turismo de Barcelona, y cónsul general honorario de las Islas Seychelles en España. Desde el verano del 2017 es vicepresidente para Asuntos Internacionales e Institucionales de la Real Federación Española de Fútbol. Gaspar es popularmente conocido por haber sido vicepresidente primero del FC Barcelona durante 22 años –entre 1978 y 2000–, y 36º presidente del club durante tres años: entre julio de 2000 y febrero de 2003.

Tito Álvarez: Bueno, pues en esta entrega de La Víspera tenemos a una persona que no necesita presentación. Para nosotros, en el mundo del taxi, eres muy conocido y una figura clave en esta ciudad. Vamos a hablar de las huelgas y de cómo las vivimos todos, porque tú estuviste muy presente y trabajaste mucho por el taxi como una persona reconocida e influyente aquí. No me enrollo más: ¡bienvenido a La Víspera, Joan Gaspar!

Joan Gaspar: Muchas gracias, Tito. Mira, no es que yo sea «hijo del taxi», pero estoy a favor de las plataformas legales y las respeto. He vivido la realidad de muchas industrias y sé cómo se pueden ir sorteando dificultades. No estoy en contra de estas plataformas legales siempre que paguen sus impuestos y no busquen clientes de forma desleal. Eso, en mi opinión, es algo que pertenece exclusivamente al taxi.

Mi filosofía es clara: Barcelona es una ciudad pequeña, aunque algunos digan que es inmensa. Entre la montaña, el mar y localidades como Hospitalet, todo está bastante cerca. Por eso, el taxi tiene un rol clave, tanto para los ciudadanos como para los visitantes que llegan a Barcelona.

Recuerdo especialmente las huelgas de julio de 2018 y febrero de 2019. Fue un momento crítico. Estábamos en la Gran Vía, frente al Hotel Avenida Palace. Y tú, Tito, eras el centro de todo. Me acuerdo de estar pendiente del teléfono con mensajes como: “¿Dónde estás, Tito?”. ¿Cómo viviste tú, desde tu perspectiva, toda aquella movilización en la Gran Vía?

Tito Álvarez: Uf, fueron días intensos, pero también emocionantes.

Joan Gaspar: Sí, mira, yo, en cuanto al fondo de lo que se pedía, estaba 100% de acuerdo. En la forma, como ciudadano afectado por el bloqueo del tráfico, podía no estar tan de acuerdo. Pero admiro mucho cómo se gestionaron las cosas. Me sentí orgulloso durante la reunión en la Generalitat. Allí, casi todos los empresarios presentes estaban en contra del taxi y a favor de una libertad absoluta de competencia. Pero cuando llegó mi turno, dije claramente: “No estoy de acuerdo con todo lo que han dicho mis compañeros empresarios. Hay que tomar en serio lo que el taxi está pidiendo”.

El conseller en ese momento recogió lo que dijisteis, porque vuestra demanda tenía toda la razón en el fondo. Aunque las formas podrían ser mejorables, como tú también reconoces.

Tito Álvarez: Sí, claro, había cosas que mejorar, pero había urgencia también.

Joan Gaspar: Exacto. A día de hoy, veo al taxi mucho mejor que entonces. Cuando hablamos en aquel momento, mencioné dos cosas:
Primero, la limpieza. Se ha avanzado muchísimo en esto. Ya no es necesario que el taxi tenga “whisky y agua”, como decíamos antes en tono de broma. El pasajero busca un servicio limpio, seguro y profesional, y eso lo habéis conseguido.

Pero lo que sigue pendiente, y creo que sería un gran logro, es una tarifa plana desde el aeropuerto hasta la ciudad, como ocurre en Madrid. Esto acabaría con la desconfianza de algunos turistas. Tener un precio claro y fijo evitaría malentendidos y daría más tranquilidad a los usuarios.

Tito Álvarez: Joan, ¿no crees que si sectores como el hotelero hubieran tenido la capacidad de movilización que tiene el taxi, las cosas habrían sido diferentes? Nosotros, antes de una huelga o movilización, siempre agotamos todas las vías de diálogo. Eso te lo puedo asegurar. Pero al final, nuestra fuerza de movilización, como en las huelgas de la Gran Vía, nos obligaba a que nos tomaran en serio. ¿Tú qué piensas?

Joan Gaspar: Mira, Tito, vosotros sois miles de taxis, mientras que los hoteles, en comparación, son muchos menos: unos 400 en total, si cuentas desde hoteles de cinco estrellas hasta los más modestos. Esa diferencia de número marca mucho la capacidad de movilización.

Sin embargo, creo que la presión que más ha funcionado, tanto en vuestro caso como en el de los pisos turísticos, ha venido del ciudadano común. El vecino del cuarto segunda que no puede vivir tranquilo porque el quinto tercero es un piso turístico ilegal. Esa inseguridad, el trasiego constante de personas desconocidas, es lo que ha hecho que se regule.

Y ojo, yo no estoy en contra de los apartamentos turísticos, pero sí de la ilegalidad. Igual que en vuestro caso: no estoy de acuerdo en que cualquiera pueda ser taxista sin cumplir las mismas obligaciones que vosotros.

Tito Álvarez: Claro, y todo eso tiene un impacto directo en nuestras tarifas y en las responsabilidades que asumimos como taxistas legales.

Joan Gaspar: Exactamente. Los hoteles, en su caso, también se dejaron llevar un poco, confiando en que la regulación llegaría sola. Pero para que las cosas funcionen, no basta con prohibir. Hay que escribir las leyes, aplicarlas, y dotar de recursos para hacerlas cumplir.

Por ejemplo, las huelgas de 2019, que recuerdo perfectamente, eran complicadas porque la Generalitat ya tenía las competencias que antes eran del Estado. Entonces, vosotros os plantasteis para exigir que tomaran las medidas que ya podían implementar. Recuerdo cómo me llamaban presidentes de asociaciones de restauración y hostelería diciendo: “Nos estáis haciendo daño, están anulando las reservas”.

Tito Álvarez: Sí, me lo decían a mí también.

Joan Gaspar: Y yo les contestaba: “Si os molestan los manteros frente a vuestras tiendas, salid y luchad. Nosotros estamos luchando por nuestras familias y por evitar que en el futuro haya abusos como los que se ven en otras ciudades, donde el taxi ha desaparecido y lo que queda es precariedad, mal servicio y más tráfico”.

Ahí aprendí algo importante: los sectores afectados por vuestra huelga empezaron a presionar en los lugares correctos. Fue entonces cuando Uber envió a un ex político catalán a hablar con el conseller Calvet para intentar resolver el conflicto. Calvet fue muy valiente en su decisión, pero también muy consciente de que actuaba por convicción, no por protagonismo ni votos.

Tito Álvarez: Sí, Calvet fue clave en ese momento.

Joan Gaspar: Totalmente. Él entendió que lo que pedíais era justo y trabajó con vosotros, no por política, sino porque sabía que teníais razón. Estos momentos, Tito, son historias que se cuentan a los nietos. Bueno, yo tengo 25 nietos, así que puedo contarlo, aunque me miren pensando en cosas más actuales.

Tito Álvarez: Bueno, lo vivimos intensamente, y está bien recordarlo para no olvidar de dónde venimos.

Joan Gaspar expresa su punto de vista sobre el taxi en Barcelona, destacando la importancia del sector para la ciudad, especialmente por su papel como medio de transporte para los turistas. Habla sobre las dificultades dentro del gremio, incluyendo la competencia desleal de plataformas de transporte ilegal y la necesidad de regulación y más inspecciones. También comenta sobre las obras en la ciudad y cómo, aunque algunas no se entienden en el presente, mejorarán la ciudad a largo plazo.

Tito Álvarez y Joan también tocan el tema de las huelgas de taxis y cómo la gente a menudo busca lo negativo en las situaciones, como cuando Tito, tras una huelga, tuvo que tomar el metro de Madrid. Joan resalta la importancia de la transparencia en las tarifas y la necesidad de que todos los taxistas sigan las normas. Finalmente, Joan pide a los taxistas que trabajen juntos para garantizar que el servicio siga siendo el mejor y se mantenga la buena reputación del sector.