Cabify hace campaña para meter más VTC en Madrid

El "estudio" elaborado por Cabify revela que para cubrir la demanda de servicios en Madrid se necesitan, al menos, 11.000 nuevos vehículos

Detenido un conductor de Cabify drogado y bebido en Platja d'Aro

Cabify hace su informe de movilidad atacando después con una campaña para introducir más VTC en Madrid

La empresa de transportes Cabify, que en Madrid obtiene el beneplácito de Díaz Ayuso y de Martinez Almeida, junto con la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), han realizado un «estudio» analizando la situación de la oferta y la demanda de servicios de taxi y VTC, concluyendo que en la capital se necesita, nada menos que 11.000 vehículos más.

La propuesta busca reforzar la oferta de servicios de transporte, pese a las graves objeciones planteadas por el sector del taxi y el análisis de sus efectos negativos en otras ciudades.

Impacto en las condiciones laborales y el sector del taxi

Los taxistas madrileños afirman que la propuesta es una amenaza directa a su trabajo. La competencia desmedida ya ha derivado en una saturación del mercado que les obliga a realizar extenuantes jornadas laborales solo para cubrir sus costes. Además, los conductores de VTC, quienes operan principalmente para empresas como Cabify, Bolt y Uber, también se enfrentan a una situación difícil, ya que los largos horarios que cumplen ofrecen compensaciones mínimas por hora.

La entrada de nuevas autorizaciones no solo profundizaría estas desigualdades, sino que consolidaría un sistema laboral precario que beneficia a las plataformas tecnológicas en detrimento de los trabajadores y usuarios.

Demanda «insatisfecha»: ¿realidad o estrategia de mercado?

A pesar de las colas visibles en las paradas de taxi de Madrid, el informe sugiere que la ciudad necesita una expansión del 45% en licencias de VTC, equivalentes a unos 11.000 vehículos adicionales. Los autores del estudio sostienen que este incremento aliviaría la presión de demanda, evitando precios inflados en momentos de alta necesidad mediante la ampliación de la oferta. Sin embargo, en la práctica, estas estrategias de precios dinámicos han demostrado ser perjudiciales.

Las tarifas elevadas y los servicios fluctuantes son consecuencia directa de los modelos comerciales de las plataformas VTC, que buscan maximizar el lucro en detrimento de una oferta estable y asequible. Esta práctica no solo carece de transparencia, sino que perjudica al usuario y distorsiona la percepción de una «necesidad» de más licencias.

Problemas medioambientales y congestión de tráfico: la trampa de la sostenibilidad

Los VTC han promovido en su estudio la idea de que incrementar el número de licencias beneficiaría el medioambiente al reducir la dependencia de los vehículos particulares, mejorando así los tiempos de espera y precios, y disminuyendo la contaminación. No obstante, múltiples estudios han señalado que el incremento en la circulación de estos vehículos aumenta los kilómetros recorridos en vacío al buscar pasajeros, lo que empeora la congestión de tráfico.

Lejos de mejorar el medioambiente, esta actividad adicional agudiza la contaminación y el uso energético, además de incrementar el tiempo de los atascos urbanos. Los modelos de VTC en otras grandes ciudades han demostrado que estas plataformas no «sustituyen» vehículos particulares, sino que terminan añadiendo más tráfico y reduciendo el uso de transportes sostenibles, como el transporte público y los desplazamientos en bicicleta.


Un nuevo estudio revela que Uber sigue empeorando los atascos de tráfico

Un nuevo estudio revela que Uber sigue empeorando los atascos de tráfico

 


El dilema de la «modernización» a costa del transporte tradicional

La expansión del mercado VTC se ha justificado a menudo como una forma de «modernizar» el transporte urbano, promoviendo la innovación y la libertad de elección para los usuarios. Sin embargo, la experiencia de otras ciudades ha demostrado que este tipo de plataformas fomenta un transporte ineficiente y desregulado que, lejos de traer soluciones, acarrea nuevos problemas.

Los taxistas en Madrid, quienes deben cumplir con estrictas regulaciones, no solo ven en riesgo su trabajo, sino que también temen la devaluación de sus licencias y el impacto a largo plazo en la infraestructura de transporte.