Élite Taxi acusa a la Junta de Andalucía de imponer el modelo Uber de Ayuso

La asociación Élite Taxi Sevilla ha denunciado que la consejera de Fomento, Marifran Carazo, firmó la sentencia de muerte del sector en la reunión este lunes

La Unión Sevillana del Taxi teme que la junta haga

Élite Taxi acusa a la Junta de Andalucía de imponer el modelo Uber de Ayuso

La asociación Élite Taxi Sevilla ha acusado a la Junta de Andalucía de imponer al sector del taxi una regulación perjudicial para el sector del taxi, respecto a los VTC, siguiendo el modelo Uber de Ayuso en la Comunidad de Madrid.

En un comunicado, la asociación ha denunciado que la consejera de Fomento, Marifran Carazo, «firmó la sentencia de muerte del sector en la reunión este lunes de la que solo el conglomerado Moreno Bonilla y asociados (Uber, Cabify, Bolt) pudo salir con una sonrisa en su cara».

Ha lamentado que el presidente de la Junta se funda en una simbiosis con estas plataformas, condenando a 8.000 taxistas y sus familias al esclavismo a corto plazo y a su desaparición a largo plazo tras acabar sin acuerdo la reunión del Consejo Andaluz del Taxi para regular los VTC mediante un decreto ley.

Los taxistas han reprochado a la Junta que se haya negado sistemáticamente a escuchar sus peticiones y no haya incorporado ni una sola de sus esenciales en la regulación.

«Tampoco ha escuchado ni a los ayuntamientos, al Consejo Andaluz de Gobiernos Locales y a los consumidores».

Además, se han quejado de que la Junta de Andalucía «ni siquiera ha entregado al taxi un borrador de regulación para presentar alegaciones» y ha censurado que «un gobierno con mayoría absoluta que recurre al Decreto Ley solo es una manifestación de intereses ocultos, incompetencia o ambos».

Tras avisar de que «seguirán dando la batalla en la calle y en los juzgados», ha criticado la actitud «amenazante» de la Consejería en la reunión previa que mantuvieron los taxistas con responsables de ese departamento:

«Se nos llegó a decir que, si no nos gustaban las medidas propuestas, la alternativa era el modelo de Madrid. Es decir, se nos daba a elegir entre la muerte a plazos y la muerte inminente».