El viaje en taxi a Lloret de Mar
Pasa el tiempo y ya no se cuantos años hace que fui con un viejo jubilado alemán a Lloret de Mar. Poco me imaginaba que aquello acabaría en pesadilla.
El viaje empezó en la Estación de tren de Clot. Un señor mayor puso su maleta en mi taxi y sin que lo entendiera demasiado me mostró la dirección de un Hotel en Lloret. Tomé el camino más corto que pasaba por Gran Vía hacia Mataró.
Cuando llevábamos unos 20 minutos aquel señor al que no entendía empezó a quejarse: ”Lloret de Mar”, es lo único que me sonaba de lo que decía. El resto parecía alemán. Hablaba inglés sin problemas, pero de Alemania sólo recordaba a las prostitutas de Sant Pauli en Hamburgo tirándonos sus cafés por ir a mirar y no consumir. También recordaba a esa banda plena de metales mientras comíamos salchichas con cebolla mientras veíamos castillos a la vera del Rhin.
El viejo se quejaba, era evidente, pero no lo entendía. No paraba de gritar. ”!!!Lloret de Mar!!!!”. Estaba deseando llegar antes de que el abuelo se abalanzara y me matara. Sus intenciones no eran inocentes, su voz delataba agresión inminente. Así, cagado y harto llegamos a la dirección de Lloret.
Eran 110 euros. El yayo me daba 20. Le señalaba el taxímetro: ”!!!Está bien claro, son 110!!! ”Entonces empezó a decir: ”Blanes, 20.”
“Qué coño Blanes, vienes de Barcelona, son 110. «Arranqué el ticket del taxímetro, allí estaban los kilómetros, el tiempo y el importe. El viejo me decía Blanes y me daba 20 euros. Estaba harto y medio histérico me aproximé a una parada de taxis que estaba al lado.
“He traído a este hombre desde Barcelona y me quiere dar 20 euros.”
Se lo dije a unos compañeros que estaban charlando en la hilera. Lo siguiente me alucinó. Salieron de la fila de taxis y empezaron a dialogar con el abuelo en un perfecto alemán. En Barcelona algunos hablamos inglés, pero en Lloret de Mar hablaban inglés, alemán y francés. Todo lo que había sido incapaz de transmitir se lo estaban dejando clarito y en su idioma.
Más tarde vino la policía local que tampoco se aclaraba y tuvieron que llamar a los taxistas políglotas para hacer de intérpretes en la conversación. Luego fuimos todos al Hotel, dónde conocían a este señor por sus frecuentes visitas desde Múnich. La recepcionista y los compañeros del taxi le aclararon las cosas y cobré. Sí, cobré mis 110 euros, ya harto.
Siempre agradecido a los compañeros del taxi de Lloret de Mar.
Paradas de Taxi en Lloret de Mar