Riesgo de fuga y destrucción de pruebas: el caso de los yihadistas del Uber
MADRID. 03 Mar. (Noticias del Taxi) – Uno de los miembros más preocupantes y peligrosos de este grupo de jóvenes yihadistas era un hombre que trabajaba como conductor de Uber. Este individuo, debido a su trabajo, tenía un acceso diario y directo a una amplia variedad de personas, lo que representaba una oportunidad para radicalizar a otros y difundir las ideologías extremistas del DAESH.
Según fuentes policiales, su trabajo como conductor de Uber le permitía estar en constante contacto con personas de diferentes orígenes y creencias, lo que aumentaba el riesgo de que pudiera influir en alguien o reclutar nuevos miembros para sus actividades extremistas.
Además, su labor le daba un nivel de anonimato y movilidad que le permitía moverse con facilidad por distintas áreas, lo que lo convertía en un blanco aún más peligroso para los investigadores de la Guardia Civil.
Personalidad psicopática y amenazas de violencia
Lo que hizo que este individuo fuera particularmente peligroso fueron sus «datos perturbadores». Según las investigaciones, este hombre mostraba signos de tener una personalidad psicopática, caracterizada por una ausencia de empatía y una tendencia a la violencia extrema. Se descubrió que verbalizaba repetidamente su anhelo de matar y de ver morir a otras personas, lo que elevó aún más la preocupación sobre su estabilidad mental y su predisposición a llevar a cabo actos violentos.
El hecho de que tuviera estas inclinaciones violentas y que trabajara como conductor de Uber lo convertía en una amenaza constante, ya que sus encuentros con los pasajeros le daban oportunidades para transmitir sus ideologías extremistas y potencialmente incitar a otros a unirse a la causa yihadista.
Esta situación no solo era peligrosa para los usuarios de la aplicación, sino también para la sociedad en general, ya que su acceso a personas de diversas partes de la ciudad y su facilidad para moverse sin levantar sospechas lo hacían más difícil de detectar y rastrear.
Relación con el grupo yihadista
Este conductor de Uber no estaba aislado en sus creencias. Formaba parte de un grupo más amplio que usaba las redes sociales para compartir y promover las consignas del DAESH. Los miembros de este grupo se radicalizaban mutuamente y difundían material de propaganda extremista.
El hecho de que este individuo fuera parte activa de este círculo aumenta la preocupación de las autoridades, ya que demuestra cómo las plataformas como Uber, que son normalmente vistas como servicios neutros, pueden ser utilizadas para fines terroristas.
Este grupo no solo se limitaba a compartir ideas en línea, sino que algunos de sus miembros llegaron a participar en actividades concretas, como la visita a un supermercado de armas y drogas en Madrid, lo que sugiere que estaban buscando formas de materializar sus intenciones violentas.