El taxi de Londres registra la mayor caída de todos sus tiempos
LONDON. 23 Ago. (Noticias del Taxi) – El taxi de Londres lleva años lidiando con una preocupante caída del número de taxistas. Este espectacular bajón ha hecho saltar las alarmas no solo entre los propios conductores, sino también entre los fabricantes del emblemático taxi negro.
A largo plazo, y lo más importante, los próximos afectados serán los pasajeros que dependen del medio de transporte público más accesible de la capital.
Un aspecto central de esta cuestión es el creciente coste de los taxis adaptados y de cero emisiones, que amenaza con socavar el futuro del sector a menos que se adopten medidas decisivas.
Las últimas cifras de Transport for London (TfL) revelan una tendencia preocupante: cada vez menos taxistas renuevan su licencia, lo que lleva a una disminución constante del número de taxis en las calles. ¿El motivo? Los altos costes de los vehículos, y sobre todo, la competencia de Uber y Bolt, o las altas comisiones que Free Now cobra a los conductores.
El abandono del sector por parte de los taxistas ha afectado especialmente a la London Electric Vehicle Company (LEVC). que fabrica los icónicos taxis negros, por lo que ha visto caer sus ventas debido a que cada vez menos conductores pueden permitirse sus vehículos. La empresa, que invirtió mucho en el desarrollo de taxis eléctricos y accesibles para sillas de ruedas, ahora se enfrenta a una caída significativa del mercado.
El taxi adaptado y eléctrico
El aumento del coste de estos taxis de última generación es un factor que contribuye a su declive. Si bien el cambio hacia vehículos de cero emisiones es esencial para cumplir los objetivos medioambientales del Reino Unido, los altos costes para los taxistas ha sido sustancial, especialmente para aquellos que buscan trabajar en el sector a tiempo parcial.
Un taxi eléctrico nuevo de gama alta puede costar alrededor de 70.000 libras esterlinas (casi 83.000 euros). Si tenemos en cuenta que la mayoría de las ventas se financian con intereses elevados, es probable que el vehículo cueste alrededor de 100.000 libras esterlinas (118.000€), una cifra que está fuera del alcance de muchos conductores.
Esta situación supone un grave riesgo para la disponibilidad de taxis adaptados para Personas con Movilidad Reducida (PMR), que prestan un servicio crucial a un amplio espectro de la comunidad de Londres. Para muchos, estos taxis son la única forma viable de transporte público. La continua reducción del número de conductores conducirá a su vez a una disminución significativa de la disponibilidad de vehículos, lo que limitará la movilidad de algunos de los miembros más vulnerables de la sociedad.
¿Ofrecerá el nuevo gobierno apoyo al sector del taxi?
La pregunta ahora es si el Gobierno debería intervenir con ayudas para no dejar caer al sector. Las opciones podrían ser subvenciones, subsidios, préstamos a bajo interés o exenciones del IVA específicamente destinadas a ayudar a los conductores a comprar vehículos públicos costosos pero esenciales. Algunas de estas iniciativas se ofrecen al norte de la frontera en Escocia, pero el apoyo en Inglaterra y Gales ha sido muy poco significativo.
La actual subvención para taxis enchufables (PiTG) que ofrece el gobierno tiene condiciones reducidas y se considera insuficiente para cubrir la brecha entre el coste de un taxi convencional y el precio significativamente más alto de un modelo eléctrico.
Si no se toman más medidas, el sector corre el riesgo de caer en una espiral descendente. A medida que más taxistas abandonen la profesión debido a los gastos financieros, los fabricantes como LEVC pueden tener dificultades para mantener la producción, lo que podría provocar una escasez de vehículos nuevos que cumplan con los requisitos establecidos desde hace tiempo por Transport for London (TfL) para conceder las licencias de taxi.
El futuro del sector del taxi en Londres –y la accesibilidad a largo plazo del transporte público terrestre de la ciudad– bien puede depender de la voluntad del nuevo Gobierno de actuar y apoyar.