El taxi de Barcelona combate a las VTC ofreciendo precio cerrado

El taxi de Barcelona combate a las VTC ofreciendo precio cerrado

El taxi de Barcelona combate a las VTC

El taxi se transforma y adopta una de las características que, hasta ahora, era exclusiva de Uber y Cabify: los clientes podrán saber cuánto les costará el trayecto antes de subir al vehículo. Eso sí, siempre que contraten el servicio a través de una aplicación móvil.

Esta es la principal novedad de la nueva tarifa de precio cerrado que los taxis de Barcelona empezarán a incorporar de manera progresiva partir de este sábado en toda el área metropolitana.

Si todos nos movemos, vivimos y usamos aplicaciones móviles, lógicamente los servicios públicos también nos tenemos que poner las pilas y buscar las soluciones que la ciudadanía pide.

Esta era una vieja reivindicación del sector, que actualmente trabaja en Barcelona con una docena de aplicaciones móviles.

Unas apps que, hasta ahora, sólo permitían reservar servicio y saber la duración del trayecto, pero nunca fijar el precio de la carrera durante la precontratación.

Ya hace años que los taxistas nos habían pedido que querían tarifas fijas, un punto que desde la institución no acabábamos de ver claro y el al final hemos encontrado esta fórmula, explica Teresa Carrilo, gerente del IMET.

«LA TARIFA CERRADA DEPENDERÁ DE LOS KILÓMETROS DE LA RUTA Y, A TRAVÉS DE UN ALGORITMO, INCLUIRÁ TODAS LAS VARIABLES QUE FIJAN LOS PRECIOS REGULADOS DEL TAXI».

La gerente de la institución pública que regula el sector en el Área de Metropolitana de Barcelona (AMB) explica que a partir de este sábado los usuarios podrán optar por una tarifa de precio cerrado, pero subraya que estará basada en un algoritmo a partir de las propias tarifas de los taxis actuales:

«Como pasa y pasará en el caso del taxímetro, el precio cerrado también dependerá de los kilómetros e incluirá todas las variables que fijan los precios regulados: la bajada de bandera, la distancia, la hora y también los suplementos concretos, si es necesario».

Después de haber modificado la normativa, esta nueva tarifa ya es una realidad.

«No es exactamente lo que buscábamos pero sí es un primer paso para conseguir lo que queremos», asegura Tito Álvarez.

Así mismo, el portavoz del sindicato Élite Taxi explica que desde hace cuatro años el sector reclama una aplicación pública donde estén todos los taxis de Barcelona y el área metropolitana.

«El cliente tiene derecho a saber lo que pagará por el trayecto antes de subir al coche, esto es necesario e imprescindible. Estamos de acuerdo, pero nosotros lo queríamos hacer a través de una aplicación pública y no sólo a través de las aplicaciones privadas que ya existen».

Para Tito, esta es la única manera de hacer más rentable el trabajo y que los usuarios tengan siempre un taxi disponible.

«Una aplicación pública sólo tiene beneficios, sobre todo por los usuarios, pero también para reducir la contaminación y mejorar la movilidad porque habría menos coches circulando sin saber dónde están los clientes».

«Hemos abierto una puerta que estaba cerrada y, a partir de aquí, pondremos la cabeza para conseguir todo lo que podamos».

«UNA APLICACIÓN PÚBLICA SÓLO TIENE BENEFICIOS, SOBRE TODO POR LOS USUARIOS, PERO TAMBIÉN PARA REDUCIR LA CONTAMINACIÓN Y MEJORAR LA MOVILIDAD», DESTACA TITO ÁLVAREZ

Sin embargo, Álvarez afirma que la introducción de un precio cerrado de precontratación «es un cambio importante y muy positivo» y que puede ser «una herramienta potente» para ganar clientes que los taxis habían perdido.

En este sentido, el portavoz del sindicato Élite valora especialmente que la nueva tarifa cerrada no sea «dinámica» y no fluctúe según la oferta y la demanda como sí hacen las plataformas VTC.

«Aquí es donde se marca la diferencia entre el taxi y uber y Cabify. el usuario tendrá un precio cerrado, que siempre estará regulado y será el mismo llueva o no llueva».

«Las tarifas oficiales están pegadas a la ventana del coche y son completamente públicas y las sabe todo el mundo, en cambio las VTC llegan a multiplicar por 9 el precio cuando hay mucha demanda», destaca Álvarez.

Y pone como ejemplo que en Madrid, durante la final de la Champions, para ir del centro al Wanda Metropolitano, el estadio donde se jugaba el partido, «un taxi valía unos 30 euros y Uber estaba cobrando 120 euros».