El taxi de Castellón pide ayudas ante la caída de demanda
Trabajar para ganar lo justo para afrontar los pagos de autónomo y seguir cotizando, sin sueldo.
Ese es el difícil panorama que afrontan los taxistas de Castellón, a los que primero el confinamiento, después el cierre del ocio nocturno y ahora las restricciones a la movilidad han provocado un descenso de la facturación de más del 60%; y a los que ni siquiera las recientemente anunciadas ayudas de la Generalitat Valenciana parece que vayan a aliviar demasiado, por lo que reclaman una mayor acción de las administraciones.
Así lo explica el presidente de la Asociación de Taxis de Castellón, José Luis Artola:
«Se agradecen, es una buena noticia y estamos a la espera de ver cómo se van a repartir, pero no resuelve nuestra situación».
«No va a ser suficiente. Te puede ayudar un mes, pero al siguiente, de no cambiar mucho la situación, estaremos igual».
Hace alusión a la línea de ayudas anunciada la semana pasada por el president, Ximo Puig, dotada con 4,5 millones de euros, a las que, en teoría, se pueden acoger las 4.700 licencias de taxi que hay en la Comunitat Valenciana.
«Nos recuperamos un poco en julio, pero con el cierre nocturno de agosto volvimos de nuevo a una situación muy difícil, empeorada por el toque de queda. Nos ha afectado mucho, ya que el equipo que trabajaba de 12 de la noche a las 6 de la mañana hacía unas recaudaciones irrisorias».
Y es que las restricciones impuestas por la pandemia sanitaria han tocado de lleno a los sectores y actividades que más movimiento de taxis generan:
«Muchos hoteles están cerrados, los fines de semana, en los que muchos trabajadores doblaban turno porque había mucho trabajo, tampoco existen ya; y la época de festivales, que es un momento muy importante del año para el sector, tampoco la hemos disfrutado».
En el confinamiento el volumen de negocio perdido rondó el 80%. Además, el taxi tuvo la consideración de un servicio esencial, por lo que no se pudieron contemplar cierres masivos en el sector.
Ante este escenario, desde la asociación provincial reclaman al Gobierno central que aporte ayudas que no impliquen un proceso burocrático tan complicado como las que se activaron en los meses de abril, mayo y junio.
Se quiere evitar una posibilidad de la que Artola no quiere «ni siquiera hablar», que no es otra que la fuga de trabajadores hacia otras actividades que, asegura, aún no se ha producido a pesar de las dificultades. «Vamos aguantando a duras penas», incide.
La flota de taxis provincial está formada por 232 vehículos. 123 de ellos trabajan en el área de Castellón, una organización supramunicipal dependiente de la Conselleria de Obras Públicas, Transporte y Movilidad formada por Castelló, Vila-real, Burriana, Benicàssim, Almassora, Borriol, Benlloc y Vilanova d’Alcolea, estos dos últimos municipios incluidos para dar servicio al aeropuerto.
El resto de taxistas trabaja con licencias generadas en su momento por los ayuntamientos.
El taxi de Castellón pide ayudas ante la caída de demanda