Imagina un mundo sin taxis

Disfrutando un cielo que había negado de joven, seguramente debido a las drogas, Lennon veía sobre el pavimento de Barcelona la huelga de taxistas

Imagina un mundo sin taxis

Imagina un mundo sin taxis

Cuando John, Paul, George y Ringo le preguntaron al taxista cuánto trabajaba éste le soltó con cierta sorna:»Eight days a week». Un magnífico título para una canción y auténtico lema de explotación para los VTC que luego entrarían a ejercer de taxistas «ocho días a la semana».

Uber y Compañía encontraron un verdadero filón para saber cómo gestionar su negocio en la letra de Money cuando los de Liverpool gritaban esperanzados en su codicia: «Dinero es todo lo que quiero». Y lo consiguieron sin trabajar ocho días a la semana. Los Beatles, claro, no los VTC que desafiaban a Newton y a Einstein para cuadrar las cuentas con las numerosas horas de explotación de sus reventados empleados a los que negaban cualquier derecho.

Ya por 1970 Lennon, junto con su joven esposa iba imaginando una canción que se recordaría por décadas y le granjearía poner su nombre al aeropuerto de su ciudad, todo iba bien en principio: «Imagina un mundo sin fronteras, sin infierno, sin codicia…», decía Yoko, Cómo sugerencia de letra aún sin música. Y ahí saltó Lennon «Un mundo sin taxis…». Yoko se sorprendió. Desde luego Tokio sin taxis era inconcebible.

Lo miró raro, pensando que a pesar de que la tenía harta con sus gansadas peor lo tenía la Patty Boyd que entre las drogas y el Hare Kristna su marido no paraba por casa y tenía que echar al Clapton del lavabo de mujeres dónde la asediaba. Por no hablar del borracho del Ringo y la amargada Barbara. Se salvaba Paul, aunque tomaba más hierba que su caballo para pasear por Central Park.

«Un mundo sin taxis…» «Lo digo irónicamente cómo cuando dije: «La mujer es el negro del mundo». Yoko se cabreo: «A ver, John, ¿ahora vas a defender a los taxistas cuando nosotros vamos en limousine de super lujo?».

Lennon estuvo al quite: «Es cierto que vamos en limousine porque somos millonarios, pero nuestro grupo de acompañamiento utiliza los taxis para llevar cómodamente los instrumentos. Es más, Clapton se dejó la Stratocaster y el taxista se la retornó en media hora, sería una buena forma de agradecerlo. «Estaba de más remarcar que ellos utilizaban los VTC tradicionales que respetaban la ratio 1/30 y que ello no ofendía a los cabs drivers.

Años después, disfrutando un cielo que había negado de joven, seguramente debido a las drogas, Lennon veía sobre el pavimento de Barcelona la huelga de taxistas. Conversaba con Martín Luther King sobre el imperialismo yanki y sus empresas rapaces.

En lo alto de la lujosa piscina se contemplaba la reunión de los taxistas en un plasma de 85 pulgadas: «Mira Martín, siempre quise haber sido un Working Class Hero y luchar contra la irrupción bastarda de Uber». Lo decía mientras aparecía Bryan Jones del fondo de la piscina: «Ahora he mejorado la acnea, ya no me ahogo».

Martín Luther King se atrevió a insinuar que ya no había líderes como en los sesenta. Detrás de la sauna apareció Jim Morrison con sus pantalones de cuero y con su paquete como amorcillado debido a unos algodones expresamente para marcar: «Ese Albert Álvarez me recuerda a cuando lideraba a los Doors». Elvis se levantó para observar cómo los taxistas empezaban la marcha hacia el Parlament, levantó su capa blanca y bajó a reunirse con ellos.

Era el 18 de mayo del 2022 y no faltó nadie a la lucha. Todos fueron valientes.

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