Tres detenidos en el aeropuerto de Marsella por piratas del transporte
Doce agentes de la Policía de Fronteras (PAF), comienzan una operación contra los piratas del transporte en el Aeropuerto de Marignane en Marsella.
«Cada vez aparecen más casos de taxis piratas del transporte en las inmediaciones del aeropuerto», advierte el Comisionado Jérôme Durand.
«La imagen del aeropuerto está dañada», dice Frédéric Pizzini, asesor del jefe de policía de Bouches-du -Rhone, explica que también hacen competencia desleal a los taxis.
Una hora después del control, el conductor de un Scénic gris cree que ha olfateado el gran pez. Una mujer y su hija. 20 € por la carrera a Marsella. El flagrante delito está en progreso.
El cliente realmente no entiende lo que está sucediendo. Está un poco sorprendida por el arresto policial. Al conductor, lo llevan a la comisaría local de la PAF puesto bajo custodia. Los cargos: «Trabajo oculto y ejercicio ilegal de la profesión VTC».
El modus operandi
«A veces el conductor acompaña a los clientes a pie», dice el comisionado Durand. Ayer, un hombre logró escapar. Los otros tres fueron menos afortunados. Tres arrestados, cuya custodia fue levantada anoche por realizar servicios de piratas del transporte.
Sus clientes habían llegado en los vuelos de Argel, Annaba y Lisboa. Seis víctimas en total. La fiscalía de Aix solicitó la transmisión de los procedimientos para saber qué cargos se les imputan.
Los tres sospechosos reconocieron los hechos, «minimizándolos». Al decir que el precio de la carrera no se definió en el momento de asumir la responsabilidad. O, en ese momento, optando por una defensa más sinuosa, haciendo creer que el cliente es parte de la familia.
Las excusas
«¡Son mis primos!» Pero cuando el conductor es Maghrebi y el cliente portugués, estas excusas de poco sirven.
De estas operaciones, el PAF hace una o dos por semana. «Todos se conocen», dice un policía, «incluso si no estamos seguros de que grupo organizado es».
Estos grupos perjudican gravemente a los taxis tradicionales que pagan debidamente sus impuestos. Aunque se les detiene, de poco sirve y la mayor condena que hay es la incautación del vehículo.
Además, a menudo colocan un imán en la primera letra de la matrícula para ocultarse.
Los agentes del PAF, para colarse entre los conductores ilegales tienen que ser muy sutiles y realizar el arte del camaleón.