Para las autoridades de competencia, la libertad de mercado es más importante qué la libertad de expresión
En diciembre del 2021 a las organizaciones Elite Taxi y Taxi Project nos llegó la notificación de que la Agencia Catalana de la Competencia nos abría un expediente a raíz de una denuncia de Uber en la que me acusan de boicotear a la multinacional norteamericana, violando los artículos 1 y 3 de la Ley de Defensa de la Competencia.
En la denuncia, el gigante de Silicon Valley aporta una serie de «tuits» y declaraciones en las que yo simplemente expreso que Uber me parece tanto una empresa que incumple las normativas, como que explota a sus trabajadores, que tiene una estrategia monopolística en contra de la Ley de Defensa de la Competencia y que además tiene el poder y el dinero para influir en los políticos y en las instituciones públicas.
Los taxistas de Barcelona reciben el apoyo de Rafa Mayoral
En el ejercicio de mi libertad de expresión, únicamente no hago más que expresar mi opinión (de forma contundente, como siempre he hecho, ya me conocéis), y del mismo modo no he hecho más que afirmar que vamos a defender al sector del taxi en contra de lo que creemos va en un grave perjuicio de nuestros intereses, de los intereses de miles de personas trabajadoras que forman este colectivo, pero siempre sin traspasar las líneas de la legalidad.
Repito, defendemos al sector en general, no a una parte del sector. Y lógicamente, estamos totalmente en contra de quienes han atacado y lo atacan. Y lo hacemos sin violar la legalidad.
En pocas palabras, realizamos la función de lobby, explicando los problemas que puede suponer que Uber tome control del sector del transporte con vehículo turismo en las ciudades del Estado. Y obviamente, lo hacemos explicando al taxista, a nuestro compañero por el que trabajamos día a día, que nos parece un suicidio trabajar para quién quiere acabar con el sector.
Y ahora resulta que, supuestamente expresar nuestro posicionamiento, alertar sobre los peligros de Uber y decir además que siempre cumpliremos con la legalidad y no traspasaremos líneas rojas, equivale según la misma Uber a incumplir la legalidad… Cada cual que tome sus propias conclusiones.
Es más, es que es tan extraño que se nos abra expediente, porque realmente lo que expresamos en nuestras declaraciones no es para defender nuestros intereses lucrativos, ya que, a diferencia de Uber, nuestras asociaciones tanto Élite como Taxi Project son sin ánimo de lucro y sin ninguna relación con ninguna emisora o aplicación.
Pere Aragonès cesa al presidente de la ACCO, Marcel Coderch
Además, es totalmente cierto lo que decimos. Uber explota laboralmente y eso es público y notorio. De hecho, recientemente el Tribunal Supremo del Reino Unido ha condenado a la empresa a reconocer a sus empleados como empleados de pleno derecho y no como a falsos autónomos y a pagarles retroactivamente como tales. Es decir, que Uber forzaba a sus trabajadores a asumir su seguridad social, sus bajas, sus vacaciones. No hace falta que os explique más.
Y hay muchos más ejemplos de estas prácticas que nos afectan a todas y todos de manera más directa. Si nos fijamos en los casos más cercanos, en España la misma Uber tuvo que dejar de funcionar con Uber Pop, el primer modelo de la multinacional en el que cualquiera con su app podía hacer de taxista sin la necesidad de disponer ni una licencia para ejercer la actividad, ni de pruebas calificadoras, ni de capacitación para prestar el servicio, ni de experiencia. En otras palabras, Uber entró en España intentando implementar un modelo de transporte de viajeros sin ninguna garantía ni seguridad para el consumidor.
Lógicamente un juez tuvo que señalar que algo tan grave, era totalmente ilegal.
Posteriormente otro juez, esta vez del TJUE, resolvería que ellos no prestan un servicio sociedad de la información como han estado durante años afirmando, sino que prestan un servicio de transportes, y a pesar de ello, a día de hoy continúan tributando en paraísos fiscales argumentando que son una sociedad de intermediación digital que realiza la actividad en otro país del que pisan las ruedas de sus coches.
En pocas palabras, podemos decir que Uber sigue operando en contra de la sentencia del TJUE. Por esa razón, Fiscalía admitió a trámite nuestra denuncia por fraude fiscal y estafa documental que presentamos ante la administración, y es por eso que la Agencia Tributaria les investiga actualmente.
También creemos que incumplen la LDC, como explicaba al principio. Para entender este punto, la CNMC en una resolución de 2018 afirmaba que Uber tiene poder de mercado en el mercado relevante, la intermediación de transporte de vehículos turismo a través de app en territorio español.
A pesar de su poder de mercado, Uber lleva meses ofreciendo 300 euros a los taxistas que trabajen con ellos, y ofrece descuentos a clientes, a pesar de ser el taxi un Servicio Privado de Interés General que tiene una tarifa regulada. Por esa razón les denunciamos ante la ACCO y la CNMC, por estar por un lado ofreciendo un precio negativo (no un precio por debajo de coste, sino por debajo del cero absoluto), y por ofrecer descuentos saltándose así la tarifa regulada.
No hace falta que hable tampoco de toda la campaña de difamación del taxi promovida por Uber desde hace años en todo el mundo. Hemos tenido que oír por parte de sus directivos expresiones tan graves y denigrantes como que estamos en un país tecnófobo, que no nos adaptamos a la innovación, etc. Unas declaraciones que, según el actual punto de vista de la misma Uber, pueden entenderse como un boicot contra los taxistas.
Todo este trabajo hace comprensible que no le caigamos bien a Uber. Lo entendemos, pero no van a coartar nuestra libertad de decir lo que pensamos.
Por otro lado, refiriéndome a nuestra tarea de «lobby» y nuestra opinión de que Uber ejerce en contra de los intereses del taxi, solo hace falta remitirse a la organización de presión que han creado junto a otros gigantes como Free Now o Bolt en Bruselas para presionar a nivel europeo, intentando desregular los precios del taxi y liberalizar el número de licencias, es decir, para acabar con el taxi, dado que el taxi sin límite de licencias y sin límite de precios es Uber Pop, o sea que cualquiera podría hacer de taxi. Quien no lo vea está ciego.
De igual manera, también quiero llamar la atención respecto al hecho de que la historia de Uber está marcada por escándalos que la empresa ha querido tapar. Su ex director general Travis Kalanick tuvo que dimitir por cubrir casos de violaciones por parte de conductores de Uber que estaban siendo encubiertos de forma consciente. Esta empresa no puede dictarnos lo que es la libertad para expresarse.
Se me hace muy raro que una institución catalana como la ACCO nos ponga la espada de Damocles sobre nuestras cabezas para coartar nuestra libertad de expresión, algo tan sensible en mi tierra después de los últimos años donde la represión a estado a la orden del día, nos sentimos acosados por la ACCO y UBER y sus tácticas mafiosas, anticompetitivas, depredadoras y monopolísticas como se ha visto en los Uber Files.
No nos callara ni la ACCO ni ninguna plataforma mafiosa.