El nuevo relato de Taxi Project
Sorprendió que algunos respondieran a la casta sacerdotal de «científicos de datos», a los mandos del control y supervisión.
Se estaba construyendo un nuevo relato. El relato de la vida épica que imita la pura belleza del arte. Esa belleza que es la única razón para vivir que merece la pena.
Y, ¿Por qué los taxistas no iban a disfrutar de ella?
«La pobreza más acuciante oprime a nuestra profesión y la encadena en el escalón más pobre de la escalera social y económica. Pero no contemplo una pasividad estéril aunque rechazo la venganza, la agresividad o cualquier represalia, en respuesta a la intromisión desvergonzada del imperialismo económico bastardo a escala global».
Eran palabras de Taxi Project en el Parlamento Europeo. Alguien desde el arroyo empezaba a construir un nuevo relato, esta vez para los más oprimidos. Se dotaba de los mejores abogados y se nutría de estrategia y pensamiento elaborado a lo que antes eran quejas, riñas y gritos sin sentido en un «pollo sin cabeza». Se había creado una vida para imitación de la literatura cómo había predicho Óscar Wilde, pero ahora eran taxistas plantando cara a la falsa idea colaborativa de economía gig: Yo pongo una app y tú eres mi esclavo.
«Hemos creado alianzas para resolver problemas comunes. No vamos a caer en una espiral del mutilamiento de derechos sin apelar a la dignidad. Estamos dispuestos a sufrir para reivindicar la Justicia».
Ya no era el relato interesado de Ciudadano Kane fiel a los intereses de Murdock. Las clases sociales que habían fracasado a pesar del legado de Marx, sucumbidas al fatal hacer de los Soviets empezaban un camino libre nuevo y apelaban a los más preparados para conducirlos. Ponían sus recursos y esperaban un reembolso de mejor futuro.
«Porque manos oscuras dirigen el Holocausto económico que golpean a todos los taxistas del mundo a través de la impostura de la introducción de las apps que apelan al libre mercado sin control que haya jamás conocido una civilización que aspire al equilibrio solidario esencial. Estamos aquí porque seguimos vertebrando una respuesta dinámica para evitar el descalabro. Porque la brutalidad de la invasión de nuestro «modus vivendi» crea desgracia y sufrimiento».
Por fin el estilo del Doctor Martín Luther King, de Gandhi o Nelson Mandela penetraba en las clases sociales que habían creído ajeno la preparación intelectual de sus actuaciones antes caóticas. Se copiaba la armonía natural de las abejas felices en el panal. Se daba paso a otras voces y se creaban nuevos ámbitos más propicios.
«Pero habrá redención. Aunque nuestros gobernantes nos hayan defraudado. Estamos ante el inicio del cambio. Aún somos más y mejores. Nadie podrá esquivar la necesidad de la urgencia del cambio. El camino de su acción directa y pacífica. Y ahora es el momento de librar esa batalla sin armas. La del cambio a través de la Justicia contra la traición que condena al ser humano. Hoy vamos más allá. Tan sólo nos falta completar la obra que nuestra fe está forjando. Gracias.»
La tercera persona de la Trinidad, el Espíritu Santo que representa al Pensamiento. La razón tranquila que convence y anula la iniquidad de las acciones que traen al bastardo sofista charlatán app y va construyendo un nuevo relato.
Los pobres a los que apelaba Jesucristo van despertando de la pesadilla de estar sometidos al Santo Padre qué vive en Roma y a la especulación de Wall Street. Ya no creen que la religión y los vicios son compatibles.
Taxi Project ha dotado a los taxistas del mundo la esperanza de un nuevo relato. Es la nueva visión del mundo en que la vida imita al arte en que están forjados los sueños.
Los taxistas ya no son las cuatro versiones del grito desesperado de Eduard Munch. Ya no son el mundo triste dónde una marioneta fue melancólica.
Son el relato nuevo con las magdalenas de Proust.
Taxi Project se reivindica en Europa
El nuevo relato de Taxi Project