La putrefacción de Cabify y la massmedia contra el Govern y Ayuntamiento
Antes que nada, quiero aclarar que esta opinión no es un artículo publicitario pagado, los que hacemos Brand Content sabemos bien lo que ese significa, y para que quede cristalino, me niego a ser un esbirro de las grandes corporaciones.
Cabify, ¡Ay Cabify!, siempre intentando desprenderse de los número negativos. Durante el Mobile Word Congress de este año, la movilidad en Barcelona fue mala, como siempre, pero los taxistas a pesar de sus amenazas en bloquear grandes eventos, para luchar por sus derechos, dieron el callo, como siempre. Sin embargo, sigue habiendo patanes que no saben salir de pseudoperiodismo, escribiendo opiniones enmascaradas con fines mercantilistas y criticando lo que se llaman Leyes.
Tanto Cabify, Uber, Bolt, VTC ‘tradicionales’ y piratas hicieron su agosto durante el MWC 2024, ah, pero no los taxis. Las cuentas son claras: un viaje desde la Fira Barcelona Gran Via hasta la Plaça de Catalunya en taxi cuesta unos 9 euros, a diferencia de que cualquier VTC en esos días costaba al menos 50 machacantes.
Aún así, siguen las críticas al Ajuntament de Barcelona y al Govern de la Generalitat por su regulación contra las empresas okupas que no dejan ni un solo dólar en Catalunya, y por si fuera poco, explotan a los trabajadores e invierten millones en lobistas para intentar comprar a políticos y reguladores. Pero Catalunya es un hueso difícil de roer, para estos menesteres ya está la querida Ayuso.
A veces no es fácil contrarrestar los ataques de poderes como Foment de Treball, la Autoritat Catalana de la Competència y los fondos buitre que quieren desgarrar a cualquier precio los servicios públicos como el taxi para dar paso a sus amiguetes, pero gracias a duros trabajadores del sector y sindicalistas de primer orden como Élite Taxi, los grandes poderes también se desmoronan.
Gracias, mil gracias a Ada Colau, a Jaume Collboni, a la CUP, Comuns, PSC, ERC, y a todos los que hacen posible que no se pisoteen los derechos de las ciudadanas y ciudadanos. La lucha continúa.