Uber is Missing in Barcelona

Tendríamos que preguntarnos en Madrid, por qué en Barcelona son tan diferentes las cosas a nuestra querida ciudad

Uber is Missing in Barcelona

Uber is Missing in Barcelona

Prácticamente han pasado 5 meses desde que Uber anunció a todo bombo, su integración en el Taxi de Barcelona, pero pasado ese tiempo, ya podemos decir que Uber ha vuelto a fracasar en la ciudad condal.

Tendríamos que preguntarnos en Madrid, por qué en Barcelona son tan diferentes las cosas a nuestra querida ciudad.

Bien es cierto, que en Madrid la situación política es bastante diferente para lo bueno y lo malo, a la que se vive en la capital catalana. Cierto es, que especialmente la complicidad del PP con las plataformas evasoras de impuestos y con todos los intereses que se aglomeran alrededor de ellas es apabullante, de hecho, el PP forma parte de esos intereses.

Pero cuando hablamos de Uber integrado o no integrado en el Taxi, los componentes que intervienen, van mucho más allá de la política, y entran en escena otros condicionantes diferentes a los directamente políticos.

Nos hemos acostumbrado a centrar en la política las diferencias entre Madrid y Barcelona, pero siendo en gran medida muy cierto, corremos el riesgo de «auto complacernos» y encontrar una excusa para ser pasivos y no defender lo nuestro, como parece ser que si hacen por tierras catalanas con todo el convencimiento.

¿Por qué Uber is Missing in Barcelona?

La única herramienta de índole cercana a la política, de la que han dispuesto los taxistas en Barcelona para defenderse del desembarco de Uber en el sector, se puede decir que ha sido la reglamentación de su organismo regulador (IMET), que no permite a Uber actuar a su libre albedrío desmarcándose del resto de las apps que trabajan allí con taxis.

Pero no nos «consolemos» con tan poco y seamos realistas. Uber ha ignorado por completo las advertencias del IMET catalán y ha puesto a funcionar su app con taxis. El impedimento de la administración catalana, no ha sido la causa de que Uber esté haciendo en Barcelona un espantoso ridículo ante la opinión pública, al no disponer de taxis.

Después del lanzamiento mediático de Uber en Barcelona lo primero que nos llamó la atención a muchos fueron las reuniones de Élite Barcelona con la multinacional, realmente no era fácil de entender y en nuestro caso ni siquiera compartir tal punto de vista, pero siempre desde el respeto que nos merecen los taxistas y asociaciones de otras ciudades.

Uber is Missing in BarcelonaUn respeto que desgraciadamente se ha perdido en el taxi de Madrid, donde algunos parece que tengan su razón de ser en la confrontación permanente con otras asociaciones del sector de Madrid, y de fuera de Madrid, como si asociaciones y taxistas fuésemos los enemigos del sector y el objetivo para algunos, que dicho sea de paso, ni siquiera ostentan representación alguna, puesto que jamás se han enfrentado a la voluntad de los taxistas en unas urnas.

Hemos de reconocer que esas reuniones con Uber, empezaron a tener sentido para nosotros cuando fuimos capaces de entender su finalidad, a partir de los debates públicos entre Juan Galiardo por parte de Uber, y Alberto Álvarez por parte de Élite Barcelona, porque esos debates cambiaron por completo el escenario en el que Uber se había estado moviendo durante los meses anteriores.

A través de esos debates, el sector del taxi en Barcelona consiguió desinflar o pinchar, el globo mediático que Uber había construido para sí mismo, lógicamente con la complicidad de ciertos medios, porque de esos debates Uber salió sin argumentaciones con las que poder seguir engañando a la opinión pública y al propio sector del taxi.

Ya nunca más a partir de entonces, Uber fue capaz de construir un relato medianamente creíble, directamente Uber se quedó sin relato, Uber era preso de una trampa gestada desde el propio sector del taxi, una trampa para desacreditarlo públicamente. Uber ya no pudo seguir vendiendo las bondades, que no había sido capaz de defender en el debate público, donde fue literalmente aplastado.

Automáticamente después, Uber se limitó a adoptar una actitud de rebeldía contra el IMET catalán, «no cumplimos los requisitos técnicos que se nos exigen, pero como no estamos de acuerdo vamos a abrir nuestra aplicación para los taxis y los taxistas», y así lo hicieron, seguros y desafiantes.

Nada más ocurrir, Élite Barcelona convocó contra Uber una de las manifestaciones más impresionantes que se han visto en nuestro sector, y supieron aprovechar ese altavoz mediático y político para seguir desacreditando a la multinacional.

Después de eso, a Uber le esperaban algunas otras sorpresas por el camino, porque los taxistas de Barcelona ya se habían organizado, y en 24 horas llevaron al escarnio público a los tres primeros taxistas que tuvieron el valor y la indecencia de prestar servicio al peor enemigo del taxi en su historia, la plataforma multinacional estaba siendo acorralada desde diferentes ángulos, se estaban quedando sin escapatoria posible.

Algunos estábamos convencidos de que no sería suficiente aquello, y tenemos un claro ejemplo con AMT en Madrid, con intereses cruzados con el sector VTC, por lo tanto, también estábamos seguros que las flotas de Barcelona estarían dispuestas a romper la baraja de la unidad, pero realmente nuestro convencimiento quedó diluido, cuando se pudo comprobar que Élite Barcelona también había estado manteniendo reuniones con las flotas, hasta conseguir disuadirlas de esa intencionalidad de la que nosotros estábamos seguros, algo que impide que hoy día Uber encuentre colaboración y complicidad para expandirse dentro del sector del taxi barcelonés.

No siempre hemos estado de acuerdo en determinados enfoques rupturistas, que se aplican en Barcelona en esta larga y compleja lucha de nuestro sector, pero eso no nos impide reconocer el trabajo y la persuasión con la que allí trabaja Élite Barcelona, porque los resultados están a la vista de todo el taxi español, y lo más importante, a la vista de los medios y opinión pública nacional e internacional.

Seguramente en Madrid tengamos experiencia e incluso medios, pero posiblemente tengamos también cosas que aprender de Barcelona, porque 1.000 taxistas trabajando para Uber en Madrid, frente a ninguno en Barcelona, qué duda cabe que tiene una explicación que va mucho más allá del plano y la lectura política.

No todo o casi nada es improvisación, cuando después hay éxito.

Uber is Missing in Barcelona