Juicio en Valladolid a cuatro pasajeros por golpear a un taxista y llamarlo ‘moro de mierda’
VALLADOLID. 3 Abr. (Noticias del Taxi) – El Juzgado de Instrucción número 3 de Valladolid sienta en el banquillo a cuatro pasajeros de un taxi, dos parejas, acusados de un delito leve de lesiones al golpear presuntamente a un taxista marroquí que les trasladó de madrugada de la plaza de Poniente al hotel AC Santa Ana.
La jueza descartó el delito de odio, aunque le insultaran con alusiones a su condición de magrebí. «El fiscal consideró que el motivo iniciador de la discusión no lo fue por índole racista, xenófoba o religiosa, sino porque circulaba despacio. Y, por tanto, los insultos posteriores racistas a lo largo de la discusión no entran dentro del artículo 510.2 del Código Penal», precisó el letrado de Mohamed B. K., chófer que tenía 41 años en el momento de los hechos.
El letrado pide 250 euros de de responsabilidad civil por las lesiones certificadas por el médico forense y una multa por las lesiones leves que puede oscilar en tres, cinco, siete u ocho euros, (en función de las circunstancias económicas del condenado), en una horquilla de uno a tres meses.
El taxista denunció ante el puesto de la Guardia Civil de Zaratán a dos parejas por agresión e insultos racistas del tipo «moro de mierda» durante el trayecto que realizó en la madrugada del sábado al domingo del pasado 19 de junio entre la plaza de Poniente y un hotel vallisoletano. El chófer recalcó en su denuncia que le dijeron «arrea» para que condujera a 100 kilómetros a la hora en avenida de Salamanca y, como se negó, porque está prohibido, el marido le propinó un puñetazo en el cuello.
Será ahora el Instituto Armado quien descifre las supuestas culpabilidades en el desagradable incidente, que, desde la versión del taxista, solo tiene un origen: la agresividad y «mala fe» de los trasladados. Así, denuncia que todo empezó cuando una de las mujeres le pidió que aumentara la velocidad en la avenida de Salamanca para llegar pronto al hotel. Como respondió que debía ceñirse a la velocidad permitida, el ocupante de la parte trasera le dijo «a voz en grito» lo siguiente: «A mi novia no le hables así. Ella lo hace a 200 por hora», frase acompañada, según el taxista denunciante, con insultos y un puñetazo en la parte trasera del cuello, próxima a la oreja derecha.
La afrenta no se acabó ahí. De hecho, fue subiendo en intensidad. De entrada paró en la rotonda de la avenida de Salamanca. Momento en el que el supuesto agresor se bajó, abrió la puerta del conductor y trató de propinarle una patada que no llegó a alcanzarle. Pero no se conformó con esta agresión frustrada. Al salir del coche el agresor le propinó dos puñetazos en la mandíbula en ambas partes de la cara y con intención de derribarle y tirarle al suelo.
El final del forcejeo solo fue positivo en el plano físico para el chófer. Admite que los otros tres viajeros mediaron para retirar al agresor, pero aún es el día en el que se pregunta si era mejor esta separación corporal o escuchar por el precio expresiones como: «anda, cobra y vete a trabajar»; «moro, solo vienes a cobrar la pensión»; «estás en España, esto no es Marruecos donde lleváis a las mujeres con velo» o «yo ponía los moros a escuadra, moro de mierda». La frase más escalofriante, con todo, llegó al final con: «Te voy a cortar el cuello».