La privatización de Europa
Todo comienza en el 2015 cuando EEUU pretende imponer su política de desregulación para evitar injerencias de Estados o Sindicatos. Hay un asalto de las multinacionales a la democracia.
Le impone a la Unión Europea el tratado TISA, que afectará al 70% de los trabajadores europeos.
TISA es un tratado firmado entre medio centenar de países al dictado USA con el beneplácito de la UE que regula la sanidad, el comercio y los transportes además del medio ambiente.
Desde entonces se intenta limitar la capacidad normativa de los Estados. Se amenazan los derechos sociales, se desprecian las normas medioambientales y lo peor, es que todas estas normativas se negocian en secreto para imponerlas sin debate a través de lobbies al servicio de las multinacionales.
Los trabajadores pasan a ser consumidores. Se elimina su estatus
La política se negocia a espaldas del control democrático. Un nivel de transparencia al nivel de las famosas comisiones del Emérito con algunos eurodiputados capaces de vender su madre a los moros mientras los deportan.
El día 7 y 8 de septiembre Bruselas recibe la visita de uno de los colectivos más afectados por esta forma oscurantista de ejercer el control político a través de los lobbies oligárquicos, los taxistas.
Quizás el sueño europeo de la sociedad del bienestar (Wellfare state) se ha transformado en acabar con el trabajo digno para acabar de limpiabotas que duerme en una caravana de mayor. Es el mandato americano que intenta evitar cualquier filtro democrático.
Mientras la dejadez se instala en nuestras instituciones se van incrementando las horas de espera en los hospitales al ritmo con el cual los taxistas son despojados de sus derechos.
Los días 7 y 8 los taxistas nos harán reflexionar. Sus quejas ya no son gritos que se pierden en el vacío. Ahí tenemos a Élite Taxi invirtiendo en abogados sin dar pena. Ningún relato victimista. Ya va siendo hora de que los que le arrojan calificaciones sin sentido por escuchar la COPE aprendan a exigir sus derechos con argumentos sólidos como los que los taxistas expondrán en Bruselas.