Torrente 6: operación Uber Files

La verdad del asunto

“Eso no tiene importancia señor Presidente, los caracoles son hermafroditas”

Torrente 6: operación Uber Files

La verdad del asunto

José Luis Torrente veía sonriente las manadas de bichos que se desplegaban en El Rey León. Lo de robarle las entradas al pitón de la Reme le traía sin cuidado: Le había cobrado 5 euros más y encima condón obligatorio. Sería uno de sus últimos polvos gracias a los cabrones de los socialistas y su nueva ley antiputones. Y no lo tenía fácil para hacerlo sin pagar.

Salió tarde y no tuvo más remedio que agarrar un taxi que ya se ingeniaría para no pagar.

”A ver, amiguete, cógeme rápido la M-30 y llévame a Leganés, calle Ciriaco 45.”

”Perdón, caballero, pero la M-30 sería contraproducente.”

”Eh? Qué dices. venga, espabila y ponme la COPE.” ”Coño, tu no eres el boxeador ese que le ganó al Tyson? Le dijiste: negro, coge este palo que te voy a tirar, cuándo volvió con el palo en la boca le rompiste el mentón…”

”Eso nunca ocurrió, es una leyenda urbana que se inventó un cretino.” -Ese cretino obviamente era el escritor español más importante desde Quevedo o Cervantes, pendiente del Nobel.

”Pues tengo una exclusiva para los Caracoles, el Comisario Villarejo me dio unos papeles que por poco dinero acabarán con los VTC. Sube a mi apartamento y mientras nos hacemos unas pajillas te los enseño. No me cobrarás, no? Soy de los que sólo toman taxis…”

El Peseto se convencía que cascársela con ese gordinflón no era en modo alguno homosexualidad, y más ahora que ese tipo le enseñaba las pruebas que sacarían a los taxistas madrileños del embrollo ruinoso de las VTC bastardas.

”Es un caso que destapó Villarejo hace años. Los de Uber le callaron la boca con billetes. A mí me dejó esta documentación para el caso si se daba de su muerte.”

Torrente le hizo escuchar un audio:
“Bárbara, los de Uber se ocuparán de ti, le darán somníferos a los leones para que Cristo no sufra más ataques. Ese cornudo te deberá la vida y tendrá que aceptar lo nuestro. No puedo proporcionar limousines. El Servicio Secreto va corto de presupuesto. Iras en el coche de Macron, como una Reina Republicana. Así disimulamos.”

El Peseto alucinaba. Torrente paró la cinta: ”Si quieres más, paga, has tenido tu pajilla y un adelanto de los Uber Files de Villarejo. Vete, que he llamado a un par de putones y tu cambiaste de bando”.

El Peseto se subió la bragueta y empezó a preguntarse si realmente se había enviciado. Poco después se sinceró con Baena: ”No es muy de fiar, pero ese tipo -el Torrente-, tiene una información que involucra al Emérito con Uber.” Baena le propuso hacerle una visita por la noche y constatar hasta dónde llegaba el asunto.

El cabestro Ezequiel vislumbraba la salvaje embestida de Torrente sobre Palmira. Laura ayudaba a colocar el cuerpo de cachalote dentro de los límites de la cama. Era el momento de entrar. Le abrió la puerta al Peseto y al Baena. Se dirigieron al armario dónde se hallaban las grabaciones y recogieron también más documentación, la que constaba como Uber Files.

200 Kilos de Cetáceo caían agotados. Torrente no se levantó, pese al ruido evidente en su despacho. Los putos socialistas habían prohibido los prostíbulos. Palmira y Laura lo hacían por amor, al dinero. Y precisamente fue Laura la que empezó a alentar con sus chillidos del allanamiento de morada. Ezequiel le enseñó su tranca nigger y calló embelesada. Torrente se levantó y atisbó al Peseto. Corría por las escaleras. ”Ahí va el campeón de los pesados. !!!No corras, marica!!!”

Mientras, en el Ritz, acompañado de Yolanda Díaz durante una cena a la que acudiría Sánchez, Albert Álvarez recibía la queja de Torrente al teléfono. ”Ya están estos cabrones liándola“, pensaba mientras le aseguraba no conocer nada del asunto Files. Colgó, harto de las quejas de Torrente. ”Esos caracoles son hermafroditas”, pensaba, mientras le acercaba el zumo a Yolanda. El de naranja, no el diarreico de Richards, bien guardado en una caja fuerte de CaixaBank.

La llegada al hotel de Pedro Sánchez coincidió con la de Torrente, pero al porte impecable del Presidente contrastaba la del agente secreto, más que nada por el fuerte olor a vino, aunque la sucia camisa no desentonó. Lo que no contaba Sánchez es que aquel tipejo se estaba sentando en la mesa de Albert y Yolanda. Era verdaderamente desagradable.

“Amigos, les presento a Torrente, ruego le escuchen. Después ya hablaremos del asunto para el que han sido convocados: El apoyo inestimable del taxi al Gobierno si se cumplen las promesas de la última reunión”.

“Señor Presidente, señora Vicepresidenta: El país está en un grave peligro que amenaza la estabilidad de su Gobierno. Hablamos de los documentos conocidos como Uber Files. Gracias a unas circunstancias que ahora serían difíciles de explicar esos documentos llegaron a mis manos. Las manos curtidas por el trabajo de un hombre honrado. La honestidad define a esta humilde persona que sirve a su país del modo más altruista, buscando el bienestar de los más sufridos”.

Mientras Torrente deliberaba, Sánchez pensaba en las palabras de Yolanda:

“Vente y te divertirás. ”Coño, ni con la Demencia apoyando al Estudiantes. Ni cuando Iceta se puso a bailar un zapateado con la vicepresidenta andaluza cantando. Claro, que lo de la Montero imitando a la Alaska en Pepi Lucí Bom y otras chicas del montón… Dios, Sánchez, pon más atención. Que es eso de las pajillas.

“Eso no tiene importancia señor Presidente, los caracoles son hermafroditas”. Era Albert echando una mano al colectivo.

Yolanda puso orden: ”O sea, que para lograr el apoyo en el voto primero hay que recuperar los Uber Files, porque sino, el Emérito con la pasta de las comisiones arábicas sufragaría la campaña electoral del PP y Vox como represalia. Todos sabían lo mucho que se jugaban.

En Vallecas, el Peseto y el Baena pedían unos chocos, ajenos a la que habían liado. El cabestro Ezequiel le echaba la ratafía a un enorme ratón. Era fresco, recién matado.


Torrente 6: Operación Uber Files II

 

Torrente 6: Operación Uber Files II

 


Torrente 6 Operación Uber Files III

 

Torrente 6: Operación Uber Files III

 


Torrente 6: Operación Uber Files IV

 

Torrente 6: Operación Uber Files IV