César y el látigo de Ayuso (6): las tentaciones de Cristo
El relato llegado a la redacción por nuestro corresponsal Carles Pérez Stevenson, era más que poco creíble. Era sin dubitación una sarta de mentiras. Dudamos de su sobriedad durante esos tres días en los que cubrió los acontecimientos de la Cena del Veinte Aniversario de Élite Barcelona. El artículo que nos llegó el día 23 de agosto del 2031 era una basura. Y no lo publicaríamos. Personalmente me dirigí en el jet del New York Times con destino Barcelona para verificar la falsedad y echar a este mamarracho que jamás debió pisar la facultad de Ciencias de la Información de Yale.
Le dejé claro a Marilyn que iba a Barcelona en Europa, no la porquería que tienen en Colombia y que me preparara el ordenador para el vuelo con el wifi en condiciones.
Me llevaba a Ellen y ella sabía que era por la edad. Más ágil y resolutiva. Mejor las nuevas generaciones. Marilyn misma estaba echada a perder desde que se casó. Y quisquillosa y borde desde el Me Too. Nadie se acuerda ahora de la que dejó Meryl Streep sin papel mientras ella hacía la golfa. La conocí en una sauna en Baltimore. Echaba pestes de esa mosquita muerta.
Y cambiando de tema, y volviendo al central: en cuanto lo verifique el Carles Pérez Stevenson éste va a la calle y me voy a limpiar el culo delante de toda la redacción mientras lo enchego. Será un espectáculo:”You are fired, motherfucker. ”Llamaré a su madre. La sacaré del asilo para que infarte y nos libremos de pagas caritativas innecesarias.
”A ver, salimos ya o no tienen preferencia los vuelos particulares. Sí, amigo. Se lo digo a usted. Aquí será piloto, pero en mi periódico no sería conserje”.
A ver, mientras voy a leer lo que dice este mamarracho en este artículo de deposición diarreica. Ese cretino fue a Universidad y lo graduaron. Veamos. Pondré las letras grandes. A ver el “tarao” lo que dice. Los gastos del viaje los amortizaré vendiendo sus mollas en el chino de la 44, el que está enfrente del Fantasma de la Ópera. A ver cómo empieza el iletrado emocional, que mira que le tiran los tejos. Pero es voyeur porque le faltan huevos para satisfacer en el acto sexual.
“E convenció al Coordinador: El dinero en el campo, no en el banco. A, como buen culé entendió el mensaje: 300 mesas en La Paloma con abundante comida y botellas de vino tinto y blanco de Rioja y Alella. Y langostinos a mansalva por si se colaba uno de UGT. Se trataba de celebrar el 20 aniversario de Élite invitando a cena y baile a afiliados y allegados”.
Bueno, ya había leído bastante. Otro venao que se la casca viendo el porno de Internet. No ha visto una mujer desnuda y no se atreve a ir al burdel. El castrado por falta de atrevimiento e iniciativa.
“A ver, Ellen, pásame con Joe”.
”Le pongo con el Presidente”.
“Eh, Joe, cómo estás, maricona. Si, hombre, tu hijo ni nombrarlo. Pero nadie de los tuyos ha tenido los huevos de venir a Barcelona y solucionar lo de los Uber Files. Llevamos el comando en un jet privado. Ahora tengo que leer la historieta de Pérez Stevenson. ¿Qué es de los nuestros esa maricona? Pues escribe cómo el culo y si no me lo dices lo habría pateado. ¿Cuánto? ¿Diez millones para la campaña? Vale, no lo toco. Vale, tengo los machacantes y bien sabes que es un favor y no lo hago por dinero. Te dejo, pero te recuerdo que el domingo estoy de vuelta y tenemos pimpollas en el Bones. By, marica”.
“Ellen, ¿te acuerdas del artículo que aún estoy leyendo? Pónmelo en primera página y destácalo en portada. Promocionad a ése muchacho. Dadle el Pulitzer del 2034”.
“Id vistiéndoos que estamos llegando. Recordar: Conmigo sólo 3. El resto cubrid fuera”.
“El presidente por la línea 3”.
“Sí, Joe. Viene Ellen, carcamal. Y dale el puesto de portavoz, que domina el francés, ja ja jajaja..”
“A ver, maricas. El avión nos lanza en el Carmel. En 2 horas, con los rehenes en Travessera de Dalt nos recogen. Está apuntado”.
“Ahoraaaaaa!!! Dios, cuanto jabalí. Aquí los cerdos van por la carretera”.
“Porto 42. A ver. Explosivos. Ya está. ¿Qué hace este tío, gimnasia?. Agarradlo. Y a esa también. Esa debe ser la preparadora de las cheerleaders, su mujer. A la segunda jaula. Y meter al mono también .Venga, rápido. Todos a la furgoneta y bajando hacia el avión“.
Hasta aquí el relato de Jonathan Wallflowers, redactor jefe del New York Times y capitán del Comando Secreto Tomas Jefferson
No se que pudo pasar. Algo me poseyó y creo que fue el mismo Diablo. Estábamos en La Paloma cuando el tiempo se detuvo. Albert mirando a esa chica del antifaz azul. Era Ayuso. Con ese cuerpo de Diosa. Tito mirándola con deseo. Y mi voz, creo que la del Diablo, tentándolo:
“Puedes tener a las dos. Ivana entretenida con las cheerleaders y Ayuso los fines en Madrid. Nadie sospechará, dada vuestra enemistad. Yo me ocupo de todo.”
Sin embargo, era yo el que babeaba de deseo.
Alguien me lo mandó, me ordenó:
”Baena, díselo, condénalo al ridículo. Hazlo caer. Esa jaca no será tuya, pero restriégale que ese cuerpazo tampoco será de su propiedad”.
El tiempo se detuvo durante la Fiesta. Ayuso disfrazada con el antifaz azul, bailando el vals con Garrido sufrió el ataque de César. El orangután la había detectado por el olor de esas cremas caras de Cristina Cifuentes. Supongo que a ella se la regalaban los de Uber cremas para cutis y para esas manos que, lo reconozco, me habían enamorado. Por ello traspasé mi culpabilidad a través de una posesión patológica inventada. No era Satán, era yo. La amaba y buscaba culpabilizarlo. Y Satán era mi imaginación buscando justificación a mi maldad.
Continué cantando la canción de Antonio Machín sutilmente en su oído para que cayera en la tentación.
No te puedo comprender
Corazón loco
No te puedo comprender
Y ellas tampoco
Yo no me puedo explicar
Cómo las puedes amar
Tranquilamente
Yo no puedo comprender
Cómo se pueden querer
Dos mujeres a la vez
Y no estar loco
Una es el amor sagrado
Compañera de mi vida
Esposa y madre a la vez
La otra es el amor prohibido
Complemento de mis ansias
Y a quien no renunciaré
Una es el amor sagrado
Compañera de mi vida
Esposa y madre a la vez
La otra es el amor prohibido
Complemento de mis ansias
Y a quien no renunciaré
Y ahora puedes tú saber
Cómo se pueden querer
Dos mujeres a la vez
Y no estar loco
Me desperté oyendo a Ivana, se había percatado:
“No la matéis a ella. Acabad con Baena. Él es el Diablo”.
Ayuso aprovechó el desconcierto y desplegó su látigo hasta el palco. Subido a sus hombros estaba el macho cabrío en que me había convertido, tan parecido en la forma a la cabra autónoma de Formentera.
Algo dentro, de las pocas fuerzas de mi yo restante, aún vivo, comenzó a gritar:
”Vete de mi, Satanás. Sólo puedo adorar la justicia para el taxista y el bien de los que por ella luchan”.
Satán marchó porque nunca había estado. Reconozco que fue solamente mi locura transitoria por el amor de esa magnífica jaca madrileña. Ese lujoso complemento del cocido. La que le da el sabor.
Albert me perdonó. Lo charlamos en la sede del Carmel.
”A sus ojos sólo hubiera sido un plebeyo, fue fácil renunciar a la tentación”.
Esa misma tarde Leonor nos reportó que el Ejército había detectado un jet que había arrojado 12 paracaidistas sobre el área de la sede de Élite Barcelona. Cuando colgué ya era tarde. Tito, Ivana y César estaban metidos en jaulas.
Relato publicado en el País Semanal escrito por Baena
Creía que volvía a la Selva de Tanzania en una jaula. Quizás la suerte es que al ser un animal salvaje nadie me registró y así pude transmitir a Leonor el secuestro en directo. Lo cierto es que se esperaba una reacción USA al ataque a una de sus empresas ubicadas en el extranjero. Y Leonor reaccionó según lo previsto. Detuvieron a todos los miembros del avión y del comando. No podíamos seguir siendo un país gregario.
Recuerdo las palabras de Wallflowers a Albert:
“No creas que no valoramos tu trabajo. Pero haz grande tu asociación cooperando. Pagaremos la dichosa multa. Expandiremos tu Élite a nivel internacional con las Embajadas Catalanas de Puigdemont. Y despacho y secretaria en Diagonal como Montilla”.
“Nunca se demostró tanto talento en hacernos bestias. Si me convirtiera en noble sería un parásito y si fuera un burgués sería un avaricioso. No me puedes tentar. Las masas que antes fuimos ignorantes ahora construimos una alternativa mejor. No sólo de pan vive el hombre, sino de sus propios actos que son la consecuencia de su propia dignidad.”
De sobra sabían todos que El Diablo, el príncipe de este mundo, no tenía poder sobre el.